martes, 30 de julio de 2013

PróLOCOgo.



mmmmmmm… hubo cinco puntos de inflexión en mi vida; puntos importantes, de esos que se presentan casi como una epifanía. Hechos que, a priori no tienen un peso groso, pero conforme pasa el tiempo se vuelven parte de uno, y que moldean, en gran medida su persona y razón de ser. Bon appetit!!!



El primero lo recuerdo vagamente. Tenía unos seis años, era un día nublado, me encontraba tomando el desayuno alegremente cuando un grupo de extraños irrumpió en mi casa, raptaron a mis hermanos, asesinaron a mis padres y violaron a mi perro, luego una cabra que sabía kobudo entró dramáticamente por la ventana, y en un frenesí de violencia gratuita masacró a aquellos villanos alegres solo por ser tan soretes en la vida.



Ok, no pasó así, pero fue igual de profético. Volvamos a la parte del desayuno media tarde nublado con los seis años. Un sobrino de mi madre oriundo de Bahía Blanca que se hospedaba en nuestro departamento por razones de estudio, y que contaba con unos 19 o 20 años se disponía a tomar un descanso luego de leer durante varias horas libros universitarios. Yo estaba mirando alguna mierda de Disney seguramente, que no digo que sean malas, solo me dan un poco por las pelotas, pero eso es todo; tienen un buen parque de diversiones.



Mi madre, en un gesto de exagerada hospitalidad le dijo al muchacho “¿Querés comer? Ya te preparo algo, ahí está el control (remoto). Mirá lo que quieras.” Claaaro, total que importa, si el pendejo está viendo dibujitos, y como no entiende un choto, cambiále nomás. Quizá en aquél momento me molestó, me irrito… me confundió también, ¿por qué no?, de cualquier manera al cabo de unos segundos mi vida cambiaría drásticamente.



“Mira Grequito, esos dibujitos están mejores”. Y tenía razón; yo no entendía nada, era demasiado profundo para un pibe noventero de seis años. Pero con mi limitada capacidad de raciocinio comprendí que había en aquellas imágenes algo de una mística extremadamente poderosa, una de esas sensaciones que te suben por la columna cuál corriente eléctrica de alto voltaje, y que cuando llega a tu cerebro explota como una bomba atómica neural, como fumarte tres churros de un saque adentro del fito.






Allí estaba, delante de mí, con su banda sonora americana imponente, con sus sonidos bélicos y explosivos, con sus personajes humanos, de ojos reveladores y atrayentes. “Eso es ROBOTECH Grequito, mirálo está bueno.”  

 



 Y si bien luego descubrí que era un pastiche inventado por los yankies en base a tres series distintas, debo decir que en su momento, como a la mayoría de los que la vieron, me enganchó y gustó mucho.

 

Y bueeeeenooo, son esas cosas de la vida que te van llevando de un hecho al otro, y acá terminé, escribiendo un blog más que nada para divagar un toque. Los otro cuatro puntos los reservo para más tarde, por ahora cuenten che, cuenten como fue su primera experiencia con el animé o el manga… O CON EL FASOOO!!!



Asique comenten, comenten y comenten mucho, lo que sea, cuidado con las puteadas lo único, si fundamento las borro, eh. Los veo la próxima, aunque sea un comentario!

 jejeje... seguro se re colgaron con el culo de Mizore, pajeros!!!